Por Damir Galaz-Mandakovic Fernández, Tocopilla y su Historia
El escultor y modelista Ismael Bugueño fue un artista autodidacta, autor de reconocidas obras instaladas en distintos puntos del plano urbano local.
Muchos se preguntarán quién fue Ismael Bugueño. Para describirlo es mejor nombrar algunas de sus obras más notables: El León, Virgen del rincón de Dios, El Moái, las esculturas de Los dos leones, el libro de partituras musicales ubicado frente al Liceo Domingo Latrille. Todas ellas fueron construidas con distintos materiales, siendo las décadas de 1970 y 1980 las más prolíficas.
Bugueño era un guardia de seguridad que como artista autodidacta dedicaba sus ratos libres a confeccionar diversos juguetes, dibujos y artefactos para sus hijos y amigos, muchos de los cuales fueron fabricados con distintos materiales reciclados.
Muchas de sus obras se transformaron en postales típicas del puerto, por ejemplo El Moái, escultura que mirando al oeste dialoga con el Pacífico. Ubicada en una plazoleta, ofrece una de las mejores panorámicas de la bahía tocopillana. Otras creaciones representan íconos de la religiosidad popular, como la Virgen del rincón de Dios, escultura situada en un cerro, sobre una antigua torre del andarivel (1922) que conectaba la antigua mina La Depreciada con la Compañía Minera.
Otras obras se transformaron en referentes simbólicos para distintos tipos de actividades, como El León, figura cimentada por petición del Club de Leones en 1975. Una réplica del felino se encuentra sobre una gran roca en la entrada norte de Tocopilla. Este león se transformó en referencia comunitaria para el inicio de marchas y caravanas de distinta índole, especialmente política. En particular se recuerda su referencia para las aglomeraciones de las campañas de los plebiscitos previos al retorno de la democracia, así como para el desarrollo de las primeras marchas, las primeras caravanas y las manifestaciones que se extienden hasta el día de hoy. Además, en ese león fueron recibidos distintos candidatos presidenciales y personalidades políticas de la nación.
Debido a que en ninguna de sus obras estampó su firma, hoy existe un gran desconocimiento sobre Ismael Bugueño, quien, pese a su notorio aporte comunitario, ha sido invisibilizado. De hecho, sus esculturas parecen ser creaciones de un gestor prácticamente anónimo. Lamentablemente, en ninguna parte hallamos el nombre de este destacado artista que falleció en 2015, a los 99 años.
Foto: Ismael Bugueño con una de sus tantas esculturas, en este caso con la réplica de un barco mercante que venía en busca de salitre. Esta figura lució hasta el año 2007 en el mausoleo de la Sociedad Mutualista de Jubilados y Montepiados de la Caja de la Marina Mercante Nacional, sección Triomar de Tocopilla.