Por Vidal Naveas Droguett (nota del año 2016)
Ante el deceso del pintor nacional José Balmes, de dilatada carrera en nuestro país, tengo que destacar su venida a tierras atacameñas en noviembre de 2004, junto a un grupo de 30 cultores de la plástica que visitaron Copiapó y el puerto de Huasco, y luego partieron a Carrizal Bajo, en plena temporada del desierto florido. Balmes y el conjunto de artistas quedaron admirados con esta deslumbrante naturaleza. Por eso, entre sus actividades plasmaron la belleza del paisaje en una gigantesca tela.
Tiempo atrás, una revista de cultura regional de Copiapó realizó una nota sobre aquellos óleos, los que, lamentablemente, quedaron abandonados en una bodega de una importante universidad de la ciudad. Traté de releer el artículo, pero no pude porque la revista no posee una plataforma virtual.
A raíz de la notoriedad que ha alcanzado el artista Balmes, deseo que estas obras sean recogidas y recuperadas para el bien de la universidad y de Copiapó.
José Balmes nació el 20 de enero de 1927, en la localidad de Montesquieu, Catalunya, España, donde vivió su infancia, hasta el estallido de la Guerra Civil Española en 1936. Tras la victoria franquista en 1939, Balmes y su familia se vieron obligados a abandonar su tierra, debido a la militancia de su padre, Damián Balmes, alcalde de la localidad por Esquerra Republicana de Catalunya.
Aceptando la ayuda que el Gobierno chileno les dio a los republicanos españoles, viajaron en el navío Winnipeg. En este nuevo país, el pintor desarrolló sus estudios secundarios en el Liceo Barros Borgoño y los superiores en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Y en 1943, el Estado de Chile le concedió la nacionalidad.
José Balmes fue discípulo de Pablo Burchard y Camilo Mori, y se relacionó, entre otros, con la también artista, y posteriormente Premio Nacional de Artes, Gracia Barrios, con quien contraería matrimonio en 1952.
Continuó ligado a la Universidad de Chile como académico (1950-1973) y decano de la Facultad de Artes (1972-1973). Además, junto a Gracia Barrios y otros artistas crearon el grupo informalista Signo, con quienes presentaron sus obras en Barcelona, Madrid y París.
Gran parte de su vida estuvo ligado a la política, apoyando activamente al Gobierno de la Unidad Popular de don Salvador Allende. En consecuencia, tras el Golpe de Estado de 1973 sufrió otra vez el exilio. Se marchó a Francia, donde siguió desarrollando su carrera artística, siendo profesor en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne.
En 1986 regresó a Chile, tras lo cual recibiría múltiples distinciones, como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1999 y el Premio Altazor en 2002, entre otros.
En 2012, el documentalista chileno Pablo Trujillo Novoa realizó un documental sobre la vida del pintor, titulado Balmes: el doble exilio de la pintura.
A causa de un severo cuadro de neumonía, a principios de agosto de 2016 debió ser internado en la Clínica Las Condes, falleciendo el día 28 del mismo mes. Su partida causó un profundo pesar entre sus seguidores.
Entre las distinciones más importantes que recibió destacan las siguientes:
• Premio de Honor en el Salón de Alumnos de la Escuela de Bellas Artes (1946).
• Segundo Premio Honorífico a extranjeros del Salón Oficial de Santiago (1948).
• Primer Premio del Salón Oficial, Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago (1951).
• Premio de Honor del Salón Oficial de Santiago (1958).
• Premio en la II Bienal de México (1960).
• Mención de Honor en la II Bienal de París, consagrada a artistas jóvenes (1961).
• Primer Premio, mención Pintura, concurso CRAV de Valparaíso (1963).
• Premio Especial, concurso Esso (1964).
• Primer Premio, mención Dibujo, Bienal Americana de Arte de Cali, Colombia (1971).