Todas las tardes de los lunes a partir del mes de septiembre, la sede de la junta de vecinos Unión La Calera de Tierra Amarilla se llena de mujeres, vecinas y en su gran mayoría adultas mayores para participar del curso de elaboración de productos de medicina ancestral y huertos sustentables de hierbas medicinales, gracias al proyecto FNDR para actividades de carácter social, prevención y rehabilitación de drogas y medio ambiente correspondiente al año 2022 del Gobierno Regional, aprobado por el Consejo Regional.
Jocelyn Gallardo es la profesora, quien les ha transmitido su experiencia elaborando en cada sesión cremas, ungüentos, infusiones y aceites basados en hierbas medicinales. Ella tiene una vasta experiencia en la materia, algo que Verónica Valenzuela está aprovechando al cien por ciento “primera vez que participo en un curso, porque siempre trabajé, así que no tenía tiempo, y ahora fui invitada y acepté y mis hijos todos quisieron que viniera porque estaba muy encerrada” y explica que debido a una enfermedad debió dejar su trabajo. “Hemos aprendido a hacer cremas y es bien bonito aprender de las plantas porque uno ahora sabe qué plantas son para qué cosa, ahora llevo crema para la artrosis porque yo la sufro, ha sido muy lindo y entretenido compartir con la gente porque cuando dejas de trabajar no sales a la calle y ahora acá me entretengo”.
La Presidenta de la Junta de Vecinos Unión La Calera es Lila Campos Ortiz y está satisfecha del avance de este proyecto, que se suma a otros que mantienen abierta y con mucha vida a su organización. “Nos encanta que este proyecto nos permite tener dos profesores enseñando a nuestras vecinas, que las apoyemos enseñándoles a hacer productos que ayudan a su salud y bienestar, que lleven a la práctica lo que han aprendido y ojalá varias de ellas los usen para sus propios emprendimientos”, expresó la dirigenta vecinal.
Luis Contreras es el profesor a cargo de enseñarles a cultivar desde cero un huerto, en este caso de hierbas medicinales. Les enseña desde hacer los bancales, diseñando, midiendo, cortando, y atornillando para armarlos, cultivar, desde las semillas hasta los cuidados indispensables para su crecimiento y les agrega un sistema de riego tecnificado, que sorprende a las participantes, optimiza el uso del agua y ayuda a las plantas.
Sobre esta experiencia Luis cuenta que ha sido muy enriquecedora “encontramos un grupo humano muy lindo, muy motivado y con mucha curiosidad, ganas de aprender cosas, con buenos resultados en este proyecto, la asistencia se ha mantenido bien alta” explica y agrega que en cada sesión se detienen un espacio para tomar té juntas y compartir en una actividad en que cada una lleva su cooperación “además de lo técnico se refuerza lo humano, estos proyectos también buscan que la comunidad se afiate, es bueno darnos el tiempo de tomar un tecito, de colaborar, de que pasen un momento agradable, conversar y que se vayan con conocimientos nuevos relacionados con el proyecto”.
Porque una de las ideas centrales de esta iniciativa es que las mujeres sean capaces de cultivar sus propias materias primas para sus productos medicinales, ya sea para consumo familiar o para iniciar un emprendimiento.