Conversamos con el pianista y compositor en medio de las grabaciones de su álbum “Fragmentos”
Jazz Fusión desde Atacama es la definición clave con la que Patricio Varela se siente cómodo al hablar de “Fragmentos”, segunda placa en la que trabaja maratonicamente al interior de Pimiento Estudio y excusa para sentarnos a conversar aprovechando una de las poquísimas pausas que da la producción de un disco variopinto, tanto que contiene desde una “pseudo cueca” hasta composiciones hecha de fragmentos de antiguas ideas, retocadas y combinadas con nuevas en algo difícil de catalogar de manera distinta a innovación musical pura y dura.
Una noción que sirvió para dar sentido al nombre en la portada y coherencia al proceso; un concepto surgido espontáneamente de una solución práctica tras descubrir algo importante que -al comenzar esta producción- había quedado atrás de la anterior.
Una historia fascinante envuelta en olor a madera y sonidos de piano como golpes de luz, notas de sabor perfectamente dulce y aire, mucho aire. Un momento sinestésico entre instrumentos y un puñado de intérpretes prodigios que levantan en andas este mundo xérico y lo llevan a lo más alto, como encomendados por Apolo.
Hoy hablamos con Patricio Varela. Un pianista, compositor, arreglador y director que no sólo sabe tocar, sino que cautiva con su relato.
¿Cuál es la motivación principal detrás de este segundo disco?
Lo esencial es ampliar el formato respecto del primer disco que fue en formato trío con piano, contrabajo y batería, en definitiva, la frontera tradicional del jazz. Por esta razón el desafío presente es salir de esa tímbrica, adentrarme en una expansión creativa sumando elementos para romper el molde y descubrir nuevas sonoridades en el conjunto de composiciones que forman este segundo disco; considerando también la incorporación de flauta, trompeta y percusión con elementos latinos. En resumen, el génesis de este segundo disco es la contraposición tímbrica respecto del primero, rompiendo lo íntimo y casi de cámara de esa obra para cambiar el color, textura y diferenciar ambas producciones.
Considerando las etapas de preproducción que hemos realizado y el trabajo “de laboratorio” llevado a cabo con cada composición durante las sesiones de ensayos parciales y generales, puedo afirmar que las funciones melódicas desarrolladas en el piano, el carácter experimental y la espontaneidad de la ejecución seguramente sacarán de la zona de confort al oyente acostumbrado a oír pianistas tipo “sideman”, consolidando una propuesta pensada e interpretada por y para el placer auditivo.
¿El nombre “Fragmentos” tiene alguna historia detrás o surgió simplemente del azar?
El nombre tiene un carácter anecdótico porque Fragmentos en realidad era una canción llamada Esencia que no fue utilizada en la mezcla final de mi primer disco, también llamado Esencia. Una composición que sin darnos cuenta quedó fuera de su disco homónimo. Entonces para no poner una canción llamada Esencia en una producción diferente, habiendo ya una con el mismo nombre, cambié la estructura para transformarla en una nueva canción manteniendo sólo la primera parte de la original.
Todo esto de tomar una canción antigua, eliminando toda la “parte B” de la composición para construir un camino nuevo, derivó en la creación de una obra llamada Fragmentos en alusión a la idea de pegar una idea antigua con una nueva. Al final del día, si bien no sabría si considerar esta canción como principal en el disco, no puedo negar que es la que posee la mayor carga simbólica respecto del proceso creativo de toda la producción.
¿Cómo esperas que el público reciba “Fragmentos”?
La palabra clave es “disfrute” y entender que esto es arte por el gusto de hacer arte. Es una composición honesta, sin códigos de industria o academia. Sí hay un valor que quisiera que todos tuvieran claro y es que es una producción atacameña. Con raíz regional, pero sin estereotipos.
Simplemente los invito a oír un disco honesto, hecho con el corazón y resumen de mi carrera como músico.
¿Un mensaje final?
Agradecer sobremanera el compromiso y amor puesto por todo el equipo: Guillermo Marambio (bajo eléctrico), Jorge Cortés (batería), Sergio Olivares (flauta), Sergio Contreras (trompeta), Lucas Ledesma (percusión); y al cuarteto de cuerdas integrado por los violines Eliana Véliz, Paola Fuentes, José Castillo y Leonel Vásquez (cello). Destaco además el apoyo, amistad y profesionalismo de Mauro Lamas, sobre quien recae la responsabilidad de la producción musical del álbum en su totalidad.
Fragmentos: Jazz-Fusión desde Atacama del músico Patricio Varela es una iniciativa ejecutada por Grupo Artístico, Cultural y Deportivo Francisco Araya, apoyada por el Gobierno Regional de Atacama, a través de la glosa 2% de cultura del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), nacida de la preocupación por fortalecer el acontecer regional a través del registro y salvaguarda del patrimonio musical de Atacama.