Ubicado en pleno desierto de Atacama, este enclave deshabitado desde 1999 ha logrado mantener los lazos de sus antiguos residentes, que hoy celebran la protección oficial del Estado. Tres zonas típicas y 7 Monumentos Históricos permitirán dar cuenta de cómo fue la vida en este asentamiento, construido al estilo de las Company Towns.
Han pasado 25 años desde que el Asentamiento Minero de Potrerillos, en la comuna de Diego de Almagro, cerró sus puertas. Todos sus habitantes debieron abandonar el enclave tras ser declarado zona ambientalmente saturada por la contaminación. Atrás quedaban los campamentos, el centro, las escuelas: casi 75 años de historia instalados en pleno desierto de Atacama dedicados a la producción de cobre, primero en Potrerillos y luego en El Salvador, y que llegó a acoger a unos 7.000 trabajadores simultáneamente. Codelco logró la reubicación de las personas en otras comunas, para seguir solo con el uso industrial, pero el sentido de pertenencia y arraigo aún no se ha extinguido, aun cuando sus destinos fueron diferentes.
Ese vínculo afectivo se expresó claramente hoy (miércoles), cuando el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) en medio de una espontánea ovación de los solicitantes, resolvió acoger por unanimidad la petición de declaratoria del asentamiento minero de Potrerillos como Monumento Nacional, en dos categorías: Zona Típica Centro Histórico, Zona Típica Sector Norteamericano y Zona Típica Sector de Obreros del Asentamiento Minero de Potrerillos, y 7 Monumentos Históricos (Casa del Subgerente, Escuela Americana, Teatro Andes, Escuela Chilena, Iglesia, Club Social y Cementerio de Potrerillos). Los consejeros acordaron además evaluar, a futuro, la potencial ampliación de la zona típica hacia el sector industrial que aún está en uso.
Los aplausos emocionados de los 60 invitados que asistieron en forma presencial a la sesión del CMN en el Palacio Pereira, provenían de representantes de las distintas asociaciones de “potrerillanos” del país; el alcalde de Diego de Almagro, Mario Araya, y el gobernador regional de Atacama, Miguel Vargas, y sus respectivos acompañantes.
A ellos se sumaron autoridades de la región de Atacama, presididas por la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Armenakis Daher, la directora regional del Servicio del Patrimonio, Catisis Lobos Alcota, y el Delegado Presidencial Provincial de Chañaral, Jorge Fernández Herrera, que junto a potrerillanos siguieron la sesión vía telemática en el salón de honor de la Delegación Presidencial Regional; así como ex residentes que no pudieron viajar a Santiago y que se reunieron en la plaza de Potrerillos junto al gerente general de Codelco Salvador, Christian Toutin, para seguir en directo cómo se desarrollaba la sesión.
“Este es un momento histórico para la región y para los miles de potrerillanos en nuestro país que trabajaron incansablemente para lograr esta declaratoria que otorgará protección a Potrerillos. Hemos vivido una jornada emocionante en la que culminamos un proceso colaborativo en el que Codelco, el Gobierno Regional, la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y por supuesto, las delegaciones de Potrerillanos, bregaron por lograr esta declaratoria”, subrayó la Seremi Carolina Armenakis Daher.
La subsecretaria del Patrimonio Cultural y presidenta del CMN, Carolina Pérez, destacó la alta participación que ha tenido este proceso. “Si bien la solicitud de declaratoria tuvo una primera aproximación en 1999, el grueso del trabajo se ha realizado entre 2022 y 2024, incluyendo consultas de opinión, mesas de trabajo, visitas de consejeros al campamento y diálogos con Codelco, que es el propietario, y las asociaciones de potrerillanos. Todo ese esfuerzo ha concluido con esta propuesta que permite resguardar el legado histórico del Asentamiento Minero de Potrerillos y proyectar esta protección hacia el futuro, considerando su valor industrial», enfatizó.
El gobernador dijo que con esta declaratoria se hace “justicia con Atacama”, mientras que el alcalde Araya destacó a los miles de potrerillanos, incluido su padre, que vivieron en el asentamiento y el amor especial que todos le tienen hasta hoy. “Cuando se cerró Potrerillos se le quitó el alma, y eso es lo que queremos recuperar. Este es un grupo único, que siguió junto y con un cariño incansable por su terruño, y ahora, gracias a esta decisión, podemos volver a casa cada vez que queramos y lo necesitemos. Y eso nos devuelve el alma”, destacó.
Hoy, los ex trabajadores, sus familias y en especial los niños que jugaron en las calles de Potrerillos están orgullosos con la declaratoria que tanto buscaron y para la que pasaron tantos años. “Nuestro cariño sigue intacto y agradecemos que Potrerillos siga vivo en nuestra memoria”, dijo María Cristina Vargas, hoy asentada en Valparaíso y presidenta de la comunidad local. Su par de Copiapó, María Ramos, agradeció al CMN por haber trabajado junto a las agrupaciones y Codelco para buscar la protección como Monumento Nacional, algo que para ellos tenía un sentido de urgencia y constituía una deuda pendiente. “Tenemos tres fechas en que aún nos reunimos en Potrerillos (como la fiesta de la Virgen del Carmen o el Día de Muertos para visitar a nuestros deudos), ese lugar que nos vio nacer, crecer y hacer familia. El sentido de pertenencia se mantiene”, enfatizó.
Basilio Luan, quien en 2012 presentó la segunda solicitud de declaratoria, aseguró que “hoy estamos de fiesta por la esperanza de volver a nuestra casa, Potrerillos. La comunidad potrerillana se vio muy afectada cuando tuvimos que abandonar el campamento, un éxodo de la población que causó muchos problemas para adaptarse a otras formas de vida en otras ciudades. Por eso esperamos tanto el reconocimiento de los valores que nosotros vemos en nuestro querido Potrerillos”.
Campamento de Potrerillos
Ubicado en la comuna Diego de Almagro, provincia de Chañaral, Región de Atacama, el Asentamiento Minero de Potrerillos fue construido por la empresa Andes Copper Mining Company entre 1919 y 1927, y está compuesto por un entramado de viviendas, equipamiento y sector industrial (1925-1927). Es representativo de la adaptación de los modelos norteamericanos –los Company Towns– a la realidad geográfica de su emplazamiento, tal como ocurre con Sewell (1905) y Chuquicamata (1915), con una marcada estratificación socio-laboral a través de tres sectores: norteamericano, empleados y obreros, y 9 campamentos.
Se constituye, además, como testimonio material del patrimonio industrial y la historia de Chile que da cuenta de procesos económicos, sociales y culturales gestados desde inicios del siglo XX en el norte del país, donde destaca la construcción del puerto y central termoeléctrica “El Barquito”, la red telegráfica entre Chañaral y Potrerillos, los caminos de acceso y red ferroviaria desde Barquito a Potrerillos, túneles para dar paso al tren entre montañas y cañerías para agua industrial y potable.
Potrerillos se inserta en una historia de larga data alusiva al desarrollo de la minería del cobre en territorio nacional, especialmente en el Chile republicano, donde se potenció el establecimiento de núcleos de poblamiento para la explotación industrial minera, permitiendo la ocupación y urbanización del territorio nacional como símbolo de soberanía y generación de infraestructura industrial, incorporando nuevas tecnologías y actividades extractivas en mercados locales, regionales y globales.
El asentamiento urbano se encontraba organizado para privilegiar el funcionamiento de la industria minera del campamento y, al mismo tiempo, para permitir espacios de sociabilidad y encuentro entre los habitantes, aunque de manera segregada. Así, se diferencia el sector industrial del habitacional, lo que a su vez refleja la estratificación social propia de los Company Town. Por otro lado, se evidencia la presencia de edificios de equipamiento destinados al bienestar y encuentro de los trabajadores, y el uso de nuevos materiales y técnicas constructivas como la mampostería de bloques de escoria. Además de estas edificaciones, el sector industrial edificado al oriente de las vías férreas domina el paisaje con sus dos grandes chimeneas de la fundición situadas en el punto más alto del asentamiento.